No vemos los ojos de aquella niña pequeña que nos
mira a través de la fotografía, no sabemos si están tristes o alegres, si son
claros u oscuros, grandes o pequeños; pero sí conocemos su historia porque la leímos
en un artículo que publicaron en el
periódico de la universidad CES Don Bosco la semana pasada.
Su historia no fue fácil, el trabajo de sus padres
hacía que tuviese que viajar constantemente de una ciudad a otra cambiando de colegio, dejando atrás a los
compañeros que apenas hacía unos meses que había empezado a conocer.
Con catorce años llegó a Granada, allí estuvo
viviendo durante tres años. Fue la vez que más tiempo estuvo viviendo en el
mismo sitio. Por fin tuvo verdaderos amigos y amigas, pero la más especial era
una chica llamada Laura. Laura nunca
había salido de Granada pero en esos tres años, con las historias que le
contaba y las fotos y videos que le enseñaba nuestra chica de la foto, viajó a
las mismas ciudades y los mismos países que nuestra protagonista había
visitado.
Pero cuando cumplió diecisiete años sus padres
tuvieron que cambiar de ciudad debido al trabajo y las dos amigas tuvieron que
separarse. Fue el momento más triste de toda su vida, nunca le había dolido
tanto tener que alejarse de un lugar.
Al cumplir los dieciocho años se vino a Madrid a
estudiar en la universidad, desde siempre le gustó el colegio y todo lo
relacionado con él, por ellos decidió estudiar magisterio y como había viajado
mucho por diferentes países y hablaba inglés perfectamente decidió estudiar
magisterio bilingüe. Se matriculó en la Universidad CES don Bosco. El primer
día de clase recibió el mejor regalo de su vida, su amiga Laura estaba en su
clase.
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